sábado, 12 de mayo de 2012

Capítulo 4

El hombre de la gabardina:

Me despierto, estoy en una silla, en el hospital. Pienso en Raúl, ¿como estará?, ¿y Carlos?. Miro a mi alrededor y lo único que veo son enfermeras que caminan de un lado para otro. En este sitio las horas se hacen eternas.
- Lara, ¡estas aquí! - oigo una voz me giro y veo a Carlos.
- Sí, ¿Cuánto llevo dormida? - pregunto.
- Un par de horas, estabas cansada ayer fue un día muy duro - responde con tranquilidad.
- ¿Y Raúl? - pregunto intrigada.
- Esta despierto, se encuentra mejor - hace una pausa y sigue - Me dijo que te despertará, quiere verte.
No contesto, recogo mi chaqueta y me voy corriendo a ver a Raúl. Lo encuentro en la camilla, tumbado.
- Hola - me dice.
- Raúl... - respondo - ¿estas mejor?
- Sí, todo gracias a vosotros - me dice
- Será gracias a Carlos, ¿no?- le digo y bajo la cabeza, dejando que una lágrima baje por mis mejillas.
- No - hace una pausa y sigue - Lara he estado pensando él quién podía haberme disparado, en el momento justo en el que yo estaba en el bosque, solo.
- ¿Cómo que solo? - le digo - estabas conmigo
- Me aleje de ti, Lara quién me haya disparado sabía que justo en ese momento yo estaba solo y no quería hacerte daño, a ti - me dice llorando.
No respondo, me dedico a secarle las lágrimas. Miro a Carlos esta sentado, esperándome. Mi madre me ha dicho que no hace falta que vaya al colegio así que aprovecho la ocasión y no voy.
Raúl acababa de llegar no puede ser que alguien le odiase tanto. De repente aparece un señor con un gabardina negra. Noto que el como Raúl hiperventila, le tranquilizo colocando mi mano sobre la suya.
- Buenos días - dice el señor de la gabardina
- Hola - decimos Raúl y yo
- Me presento, soy el Detective Calfourt, podéis llamarme Nike - hace una breve pausa y sigue - supongo que vosotros sois Raúl y Lara, y ese que esta sentado es Carlos, ¿no?.
- Sí - decimos
- Lara, te pido que me dejes un momento a solas con Raúl, quiero hacerle unas preguntas sobre lo sucedido ayer - Me dice y noto que su voz me recuerda mucho a alguien, a mi padre.
- Vale - Raúl vuelve a hiperventilar - tranquilo-
Mi padre murió cuando yo tenía tan solo 4 años. Me acuerdo él momento exacto en el que mi madre entro por esa puerta y me dijo: Cielo papa ya no va a sufrir más.
Una única bala en el corazón fue lo que mato a mi padre. Si hay algo que nunca me perdonaré será el no haber disfrutado de esos 4 años como me hubiera gustado. Mi padre era una persona tranquila, seria con los demás, conmigo era divertido. Hacíamos todo juntos. Solo me acuerdo de eso, solo son recuerdos, recuerdos que se me van olvidando poquito a poco.


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